En el día a día los líderes y empresarios afrontamos un montón de tareas, creamos estrategias, invertimos tiempo y dinero para conseguir objetivos que  nunca llegan a cumplirse, o que se cumplen con mucho esfuerzo… ¿qué ocurre?

A veces nos falta conocimiento, experiencia, “dar con la tecla”, pero en realidad, la mayoría de las veces da igual lo que hagamos, no importa tanto lo que hacemos, si no “desde dónde lo hacemos”.

Seguro que has escuchado hablar de una de las leyes que operan en el Universo:

 SER – HACER – TENER.

Cada día “hacemos” muchas tareas a fin de “tener” algo (éxito, dinero, una familia…), y en base a lo que “tenemos” me identifico, “soy” algo o alguien. Siguiendo este orden estamos viviendo la vida y el desarrollo de nuestro negocio desde una energía de fuerza atroz: invertimos mucho esfuerzo para conseguir “ser alguien”

En AMANAU partimos de un principio básico: “YO SOY”, y soy el mismo en mi casa, en mi organización, con mis amigos… aunque puede ser que ejerza diferentes roles. Lo que ocurre es que la mayoría de los seres humanos, y por tanto la mayoría de los empresarios, no somos 100% conscientes de quién soy yo verdaderamente, y trabajamos cada día en base a un sistema de creencias inconscientes, programas que limitan, bloquean y hasta boicotean la consecución de nuestros objetivos. Son creencias que se han ido instalando en mi mente a lo largo de mi existencia, desde que era niño, en base a lo que he visto, oído y experimentado.

 Por mucho que nos esforcemos y trabajemos duro, estudiemos, contratemos a los mejores expertos en cada área de la empresa, existe una gran incoherencia en nuestra vida de la que no somos conscientes: sentimos, pensamos y actuamos de forma completamente diferente entre sí. No tengo claro realmente quién soy y a qué respondo.